El Presidente Gabriel Boric anunció en su cuenta pública el cierre de todas las centrales a carbón del país al 2035, lo que significará un hito en nuestra historia energética. Sin embargo, para que este proceso sea exitoso, se requiere un trabajo realista, que no comprometa la seguridad de suministro ni la asequibilidad de la energía.
En una carta publicada en El Mercurio, el Presidente Ejecutivo de AGN, Carlos Cortés señala que “las energías renovables son fundamentales, pero enfrentan restricciones de intermitencia, almacenamiento y transmisión. El gas natural, en ese escenario, puede ser un respaldo flexible, con menor huella de carbono, compatible con la infraestructura actual y adaptable a futuros avances como el hidrógeno verde”.
El representante del gremio destacó el último estudio realizado por el Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) en colaboración con la Asociación Chilena de Energías Renovables (ACERA), que planeta que mantener el parque de gas natural hasta 2040 habilitaría una transición más ordenada y menos costosa.
“En cambio, retirarlo del todo al 2035 requeriría inversiones masivas en generación y almacenamiento que implican altos riesgos de implementación”, agrega Carlos Cortés Simon. “La infraestructura gasífera existente no es un obstáculo, sino un activo que puede ayudarnos a reducir emisiones hoy, mientras las renovables ganan escala. La transición energética debe ser técnicamente viable, económicamente sostenible y socialmente justa”.