Movilidad a gas: ventajas y oportunidades

Por Diego Goldín, Chair-Gas for Transport Study Group-International Gas Union

Desde hace ya varios años, el cambio climático ocupa las primeras páginas de los medios de información en todo el mundo. La lucha contra el aumento de la temperatura global nos atañe a todos, y se buscan las causas y la forma de detener o revertir el aumento constante del CO2 en la atmósfera. Sin duda, el transporte es un factor importante, pero no el único. El sector del transporte genera, globalmente, un 14% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), mientras que el sector de generación de electricidad llega al doble de acuerdo con la EPA (US).

Existe, sin embargo, otra crisis ambiental que necesita de tanta o más atención que los GEI, y es la calidad del aire en las grandes ciudades, que según la OMS causa más de 3,5 millones de muertes cada año y afecta el desarrollo de la población joven y causa daños como demencia prematura, Alzheimer y diabetes en los mayores.

¿MOVILIDAD ELÉCTRICA O A GAS?

Movilidad a gas: ventajas y oportunidades

Movilidad a gas: ventajas y oportunidades.

La movilidad eléctrica viene siendo promovida como la solución a esos problemas hace ya un tiempo, pero ¿es eso así? ¿Cómo se genera la electricidad para alimentar los vehículos eléctricos? A nivel global, el carbón genera el 41% de la energía, con un 5% adicional generado con derivados del petróleo (diésel o Fuel-oil) mientras que en Chile el 40% de la electricidad proviene del carbón. La electromovilidad con “electricidad gris” es tan o más contaminante que la movilidad convencional con gasolina o diésel, ya que las generadoras producen material particulado que llega a las ciudades y las emisiones de CO2 son abundantes. Si a lo dicho le agregamos las emisiones producidas en la fabricación y eliminación de baterías entenderemos por qué se están encendiendo ya luces de alarma en varios ámbitos que anteriormente promocionaban la electromovilidad.

Como contrapartida, la movilidad a gas está en pleno auge, con un futuro promisorio por muchos años. El uso de gas natural, ya sea comprimido o licuado, en los vehículos convencionales prácticamente elimina los contaminantes que afectan la calidad del aire en las ciudades. Los camiones y buses no generan partículas sólidas y óxidos de nitrógeno, principales causantes de enfermedades como asma, cáncer, infartos, entre otros. Los GEI se reducen entre un 20 a 25% con respecto a los diésel si se usa gas natural fósil y el beneficio puede incluso llegar a más del 100% si se usa gas renovable. Ya se han publicado, en Europa, varios estudios recientes del ciclo de vida comparativos, que indican que es la movilidad a gas la que permitirá un transporte sustentable.

Europa, Estados Unidos y Asia ya cuentan con el transporte urbano de cargas y personas alimentados a GNC. Europa y China lideran ampliamente el uso de GNL en el transporte de cargas de larga distancia, y las principales fábricas de camiones y buses ofrecen unidades a gas.

INTEGRACIÓN DEL CONO SUR CON MOVILIDAD A GAS

En nuestra región, desde hace más de treinta años se utiliza el gas natural en los vehículos livianos, pero prácticamente no se ha utilizado en los camiones y buses. Solo Colombia ha avanzado decidida y exitosamente en ese sentido. El reciente desarrollo del yacimiento de Vaca Muerta en Argentina, la construcción de la Terminal de GNL de Quintero en Chile y los desarrollos off-shore en Brasil ofrecen finalmente una gran oportunidad para la integración del transporte a gas natural en el Cono Sur. Hoy se puede pensar en la concreción del sueño de muchos de nosotros de un corredor azul de Sudamérica que una con transporte limpio, económico y sustentable desde Valparaíso hasta Río de Janeiro pasando por Buenos Aires y Montevideo. Hace no mucho ese proyecto fue considerado una utopía, pero hoy está más cerca de poder concretarse. Quizás el año de la C0P25 en Chile sea el tiempo propicio para este avance.