Empresas de gas natural arremeten para entrar al Transantiago y piden cambios regulatorios para igualar la cancha frente al diésel

(Emol). Hasta este jueves, Santiago será sede de la reunión anual del Comité Ejecutivo de la Unión Internacional del Gas (IGU), que es la cita más representativa de la industria a nivel global.

Para Carlos Cortés, director ejecutivo de la Asociación de Empresas de Gas Natural (AGN) de Chile, no es menor que la cita se realice en el país, considerando que entre los temas que más importan a nivel gremial es el aporte que el gas natural puede hacer a la “mitigación” del cambio climático, especialmente en el año que la capital sea la sede de la cumbre mundial COP25.

Para ello, el gremio enfatiza la promoción del uso del gas natural como energía limpia en reemplazo de otras fuentes contaminantes, como el carbón y el diésel, para reducir las emisiones de CO2.

“Sin duda que nos gustaría tener un papel más importante en la próxima COP25. La industria del gas natural ha estado representada de manera muy activa en las versiones anteriores. Y pretendemos estar presentes este año en el mes de diciembre, y así se lo hemos hecho saber a la ministra de Medio Ambiente, en la reunión que hemos tenido el lunes”, dice a Emol.

Los desafíos del gremio: matriz productiva, gas domiciliario y transportes

Cortés asegura que la Asociación tiene una agenda “bastante amplia”, cuyo desafío es aumentar la participación del gas natural en los distintos segmentos donde participa, entre ellos, la generación eléctrica, que el año pasado apenas representó el 15% y que este año se proyecta una participación del gas en la matriz, es un escenario se hidrología más probable de sólo 11,5%, según proyecciones del gremio.

“El carbón es el combustible más contaminante de todos y que más incrementa la huella de carbono de nuestro país. Deberían hacerse esfuerzos de reducir la participación del carbón y la tecnología que naturalmente se impone en el mundo para reemplazar el carbón es el gas natural y no veo por qué en Chile no vaya a ser de la misma forma”, sostiene.

Lo mismo, apunta, pasa en el sector industrial, en donde la participación de esta matriz es baja del orden del 11% y “creemos que tenemos un tremendo potencial para aportar y disminuir emisiones, sobre todo en la gran minería del cobre”.

Cortés explica que entre las razones que marcan esta baja participación se da “porque las regulaciones ambientales son muy laxas, y permiten seguir utilizando un energético más contaminante, que son más baratos y se pueden usar porque hay una laxitud en a normativa ambiental que así lo permite”.

Asimismo, plantean convertirse en una opción para la política energética del Gobierno, para reemplazar la leña de la calefacción residencial en el centro y sur del país.

Buses a gas

Otro segmento en que el gremio está decidido a participar es en la movilidad a gas natural, a través del transporte público. Pero para ello, piden cambios regulatorios que les permitan competir de igual a igual frente a otras fuentes de energía, como el diésel.

El gas natural tiene atributos que lo hacen como una tecnología que mejor se desempeña a gran escala en el transporte público y sustituyendo al diésel podría aportar mucho a la descontaminación de Santiago. Lamentablemente hoy día, por razones impositivas, el gas natural paga un impuesto que es un 60% más alto que el diésel en términos energéticos, y eso nos deja por secretaría fuera de la cancha”, afirma.

En ese sentido, esperan que las bases de licitación del Transantiago al menos, en parte “reviertan esa distorsión que nos afectan y nos impiden competir en ese mercado”.

De todas formas, Cortés anuncia que en los próximos días llegará un bus a gas natural para operar en una de las empresas del Transantiago. La máquina mantiene “una alta tecnología”, que según el presidente de la Asociación, posee un estándar “10 veces más limpio, que el el bus diésel de más alto estándar que es Euro VI”.

Y advierte que estaría toda la infraestructura a nivel de redes de gas para habilitar puntos de carga habilitados en los terminales del Transantiago.

“La tecnología está, el suministro de gas está y sólo falta la voluntad política de generar las condiciones para que el gas sea una opción real para el transporte público. Como sector privado tenemos la mejor disposición e interés en incorporar esta tecnología y falta si las señalas de la autoridad para que ello pueda ocurrir”.